Este término municipal abarca la parte más occidental de la Serra de Tramuntana. Una orografía abrupta incentivó el trabajo de sus pobladores para abrir caminos y hacer más habitables todos los rincones; pero también tuvieron que defender las calas y los puertos del enemigo exterior debido a los frecuentes ataques de piratas en el siglo XVI. Hay que recordar que Sa Dragonera fue la guarida de personajes tan temibles como Barbarroja y Dragut. En el paisaje actual perviven testigos de atalayas, castillos, faros y monasterios que recuerdan aquellos tiempos difíciles. Además, también se conservan puertos, varaderos de pescadores y pasos de montaña.
Torre de cala en Basset (Vicenç Sastre)
Del castillo de Sant Elm a la torre de Cala en Basset
En el núcleo de pescadores de Sant Elm (1), dominando la cala En Gemec, se construyeron un hospital y una capilla sobre una colina y, a principios del siglo XIV, se protegieron con una torre. En 1886, el archiduque Lluís Salvador lo incorporó a su patrimonio.
En la costa de esta población destacan las diversas vistas de Es Pantaleu y Sa Dragonera. Desde Mollet se puede embarcar y visitar el Parque Natural de Sa Dragonera (2), propiedad del Consell de Mallorca y creado gracias a la presión ecologista. Tres itinerarios permiten disfrutar de los valores naturales e históricos: el faro y torre de Llebeig, el faro de Tramuntana y el magnífico camino de Es Far Vell o de na Pópia. Desde el barrio de S’Algar se puede seguir por el camino de Can Tomeuí y de cala en Basset, y llegar a la estratégica torre de cala en Basset (3), datada de 1583.
Castell de Sant Elm (M. A. Escanelles)
De S’Arracó a la Trapa
El valle de S’Arracó (1) reunía algunas alquerías y no se configuró como pueblo hasta el siglo XVI, en torno a una capilla. Se puede encontrar arquitectura modernista, encargada por emigrantes enriquecidos. En dirección al cementerio y al Coll de Sa Palomera se puede seguir el camino viejo que pasa por el Coll des Cairats y emprende la subida por el camino de la Trapa. Pasado el collado homónimo, se encuentra el valle de Sant Josep, donde unos monjes trapenses que huían de la Revolución Francesa fundaron en 1810 un modesto monasterio, finalmente abandonado. En la Trapa (2), propiedad del grupo ecologista GOB, hay unos grandes bancales, una fuente de mina, un pozo, canaletas y lavaderos que permitieron a los monjes el aprovechamiento agrícola. Actualmente, allí se realizan tareas de rehabilitación. La finca conserva casetas de carbonero, hornos de cal, eras y un molino de harina de tracción animal muy interesante. En la actualidad es un santuario natural para los senderistas.
La Trapa (Vicenç Sastre)





